Dos obstáculos separan a Pablo Bengoechea de Peñarol: una pequeña diferencia económica entre lo que pretende ganar y lo que el club está dispuesto a pagar, y la solicitud insoslayable de que Eduardo Pereira abandone la institución. Por ese par de cuestiones se postergó su desembarco como flamante entrenador mirasol, cuando parecía inminente.
NO ARREGLÓ. Pablo Bengoechea se mantiene en la puerta de Peñarol.La bajada de pulgar a Pereira (que tras ser destituido como gerente deportivo pasó a trabajar en la parte logística de la institución) obedece a la nueva reestructura interna que impulsaría el "Profesor", quien ya tiene definido el cuerpo técnico que lo acompañará: Oscar Aguirregaray (entrenador alterno) y el profesor Modesto Turren (preparador físico), otros dos hombres que ya trabajaron en Peñarol. Para la Asociación Uruguaya de Fútbol, el entrenador mirasol será Aguirregaray, dado que Bengoechea no posee el título que lo habilita a ingresar al terreno de juego. Pero en los hechos, la voz de mando en el vestuario la llevará éste.Ayer, Bengoechea se reunió por espacio de 5 horas con los directivos Diego Benech y Walter Pereira para discutir los alcances de su proyecto y también para hablar de números. En el cónclave se limó la diferencia inicial que existió entre las partes, pero no se llegó a un acuerdo, por lo que hoy se retomarán los contactos.EL ADIÓS DE RIBAS"Si hacemos una encuesta entre los hinchas de Peñarol, nos da que el 98% quiere que se vaya Ribas y no podemos seguir dándole la espalda a la gente". La sentencia fue de un directivo mirasol en la reunión informal realizada el domingo, cuando la continuidad de Ribas pendía de un hilo. A esa altura, la postura de Damiani de darle un partido más de plazo perdía fuerza y el cese del entrenador comenzaba a tomar forma. Un día antes (el sábado), los hinchas habían dado su veredicto tras la derrota de Peñarol a manos de Racing. "Andate Ribas, la p... que te parió" fue el mensaje elegido por toda la tribuna Colombes y buena parte del resto del Centenario para poner al entrenador en el banquillo de los acusados. Y los directivos acusaron el golpe. En caliente, los hermanos Daniel y Diego Benech expresaron públicamente su intención de despedir a Ribas, luego de haber sido claves para que este se mantuviera en el cargo cuando arreciaban las críticas. Y 24 horas más tarde se les sumó Edgar Welker, quien impulsó la reunión definitiva con Juan Pedro Damiani, donde firmaron el acta de defunción del nuevo ciclo del DT. El presidente quiso darle una bala más, pero el resto de la directiva no avaló su iniciativa. A esa altura, todos querían transitar el camino más corto, el de acelerar la salida de Ribas para descomprimir el espeso ambiente creado por los enardecidos hinchas. "La situación era insostenible" argumentaron, aludiendo a que la relación técnico - hinchada iba a ser muy difícil de sobrellevar con el correr del tiempo. Es que Ribas no logró construir una imagen simpática (no sólo en Peñarol, sino a lo largo de toda su carrera), para endosar a su indiscutida personalidad y devoción por el trabajo. Y como además sus equipos son más pragmáticos que vistosos, ante cada traspié su figura sufría una andanada de reprobaciones. Sin embargo, él se sentía fuerte para seguir y no pensaba abandonar el barco. Mantuvo enhiesta su figura al frente del barco, tras la tormenta vivida a fines de la temporada anterior, pero frente a una nueva turbulencias, Damiani y compañía no resistieron la presión de los hinchas.Víctor Púa es el DT interinoVíctor Púa dirigió ayer en forma interina la práctica del plantel principal de Peñarol. El entrenador estuvo acompañado por Claudio Listur (se ayudante técnico en la coordinación de las división formativas) y el profesor Andrés Novelli (preparador físico). Los directivos de Peñarol le ofrecieron a Púa mantenerse en la dirección técnica hasta el final del Apertura, pero este dijo que no. Sin embargo, si no se llega a un acuerdo con Bengoechea, dirigiría el equipo el sábado ante Tacuarembó.
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