Se viene el clásico, cada vez falta menos y el análisis se da por varias puntas. No cabe duda que el duelo será en el medio pero los de arriba tienen todos los ojos puestos.
Si hay algo que no pinta por ningún lado es que vaya a ser un clásico para 0-0. El momento de Peñarol, con promedio de tres goles por partido, y con la necesidad que tiene Nacional de ganar, por la tabla Anual, avalan esta tesis.
Está claro que la idea de vértigo está en las dos áreas, porque con Varela en Nacional y los desbordes de Urretaviscaya, Ramírez y Martinuccio en Peñarol es obvio que la velocidad es una de las armas que tienen ambos equipos.
"La semana previa al clásico siempre es muy especial. Es el partido en el que todos queremos estar, donde te motivás al máximo desde el momento en que comienza el entrenamiento. Uno lo estaba esperando desde hacía mucho y ahora tengo la posibilidad de jugar un clásico nuevamente", agregó Arevalo Ríos, uno de los pocos que no sabe lo que es perder con Nacional.
Eso sí, del otro lado la lucha del mediocampo se hace en las palabras también, porque el Tito Ferro salió a contrarrestar. "Nosotros también tenemos buenos jugadores. Matute, Pereyra, Calzada... así que va a estar parejo y el que desnivele va a ganar", dijo Ferro.
De todos modos, siempre está la excusa para el perdedor de que los que importan son los de las finales. Primero porque es un clásico y a nadie le gusta perderlo. Segundo porque Peñarol se juega el invicto. Tercero por la Anual y cuarto por lo anímico con miras a las finales.
La mesa está servida y todo se define en menos de 48 horas. Peñarol - Nacional, Nacional - Peñarol, el partido más lindo que tiene el fútbol uruguayo.
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