miércoles, 3 de agosto de 2011

FALTÓ QUE ENTRARA








Se falló el gran objetivo de la primera fase. Esa es la conclusión que dejó el empate con Nueva Zelanda, porque el partido que todo el plantel celeste sabía que debía ganar era éste y no lo consiguió por errores en la definición y porque chocó contra un muro llamado Marinovic.





Por más que el rendimiento colectivo de Uruguay mejoró, hubo mejor trato de pelota y se generaron varias llegadas peligrosas, la falta de puntería en ofensiva para culminar las jugadas y un par de descuidos defensivos que costaron el tanto de los oceánicos se combinaron para complicar la continuidad de los celestes en la competencia.





Resultó poco creíble que Uruguay no se retirara en ventaja al entretiempo. Tuvo varias situaciones de gol que no logró concretar por apurarse en la definición, porque el pase quedó largo cuando un jugador picó solo rumbo al arco rival o porque el portero Marinovic fue un monstruo.





Los celestes tuvieron un inicio espectacular, metiendo durante 10` al rival en su área, pero no pudieron ni supieron vulnerarlos. Una y otra vez apareció Marinovic para ahogar el grito de gol. La situación más clara en ese inicio fue una volea de Cepellini que exigió una volada del portero. El equipo manejó con paciencia y criterio la pelota y monopolizó el juego, pero siempre falló en el último toque.




El 3-4-1-2 diseñado por Verzeri no fue efectivo, porque si bien Cepellini y Luna le dieron más movilidad al ataque, faltó sorpresa. El juego volvió a volcarse por izquierda, a través de Polenta, quedando nuevamente en el olvido Mayada. El empuje de Vecino terminó en malas devoluciones de pared y el equipo empezó a sufrir. A su vez, aparecieron algunas descoordinaciones en la línea de tres final.



Así y todo, Uruguay siguió generando peligro y agrandando más la figura de Marinovic, como cuando a los 37` salvó a puro reflejo un remate desde el área menor de Texeira, luego de un remate de Vecino al travesaño y los amagues de Ceppelini previo al centro.



Uruguay no concretó en esa primera mitad todo el dominio que tuvo y lo pagó caro al inicio del segundo tiempo, porque el contragolpe de Marco Rojas por la derecha a los 56` con centro a la cabeza de Bevin para anotar el 1-0 heló a todos los corazones celestes.



Y a partir de ahí a sufrir, porque Uruguay se fue al ataque ya que no le quedaba otra, Verzeri metió un cambio ofensivo al sacar a Olivera, poner a Lores y pasar a un 4-3-3 y los neocelandeses tuvieron vía libre para el contragolpe.



Lores entró bien, se metió rápido en el partido, explotó bien los espacios y habilitó a Luna y a Texeira, pero lo de Marinovic ya no tenía adjetivos. Salvó una y otra vez su arco, quizá sin retener la pelota, pero atajándola y sacándola para alejar el peligro.


El partido se jugaba sólo en campo de Nueva Zelanda y por eso el técnico mandó un cambio defensivo al sacar un punta (Lucas) y colocar un mediocampista ofensivo (Lovemore), pero justo en ese momento se terminó el aguante del arquero rival.



Texeira recibió de espaldas, habilitó de primera a Luna y éste, con toque suave y cruzado, puso el 1-1. Primer gol de Uruguay en el Mundial y ahora se iba por la victoria.


Desde allí y hasta el minuto 90 fue un monólogo de Uruguay. Nueva Zelanda ni siquiera tuvo chance de contragolpear, pero volvió a faltar precisión a la hora de definir y Marinovic continuó sacando todo.



Ahora se complicó la clasificación, porque éste era el partido para asegurar la presencia en segunda fase, la que habrá que pelear el viernes ante Camerún en la altura de Bogotá

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